K. Hourani, "Rompecabezas", 2004.



    En esta obra volvemos a ver un objeto cotidiano, un rompecabezas infantil que tenemos que voltear, cubo a cubo, para conseguir ver la imagen que esconde. Un juego infantil que esconde unas imágenes no tan infantiles, como son la foto del niño tirándole piedras a un tanque israelí, o la última foto del niño palestino que murió de un disparo israelí en medio de un tiroteo.

 

    Vivimos en el siglo de la información, una imagen puede dar la vuelta al mundo en cuestión de segundos. Podemos conocer todo lo que pasa a kilómetros de distancia, la ignorancia ya no es un factor de exención de responsabilidad, lo que nos deja en una posición de activa inactividad frente a todo tipo de noticia que no nos afecte de forma directa.

     Ahí reside la crítica de la obra, que juega con imágenes que todo occidental ha visto en los medios de comunicación y que le han conmovido, al menos hasta pasar a la siguiente noticia. Y eso es lo que busca poner de relieve esta obra, como esas imágenes que esconden un conflicto que lleva décadas activo y se ha cobrado tantísimas vidas, no es más que un juego de niños para aquellos que no estamos implicados en él. Vemos las imágenes, conocemos a grandes rasgos la historia que llevan detrás, nos sentimos afectados por ellas, pero las olvidamos al pasar de página, al cambiar de canal en la televisión, al girar los cubos del rompecabezas.

     Con un gesto tan sencillo, olvidamos ese tipo de noticias que, si bien para nosotros no son más que unos instantes de concienciación, para miles de personas es un día a día insoportable en medio de un conflicto del que todos acabamos formando parte. Porque no actuar frente a un hecho de estas características, es una forma de posicionarse.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Félix González Torres, "Retrato de Ross" 1991.

Marcel Duchamp, "La Fuente", 1917.

Piero Manzoni, "Mierda de artista", 1961.