Félix González Torres, "Retrato de Ross" 1991.
Félix González Torres fue un artista conceptual cuya obra fue inspirada por su pareja, Ross, de quien tuvo que despedirse antes de lo esperado. En ella, el autor refleja el cariño a Ross y los efectos que su ausencia causan en el. Porque hay muchas formas de expresar la sensación de vacío que nos deja un ser querido cuando se marcha, pero González Torres consigue, a través de sus obras, que lo sientas de una forma personal, intensa y, como no, dolorosa.
Esta es una obra de las que parecen inofensivas, incluso puede darnos la impresión de que es una broma de un artista aburrido que solo busca llamar nuestra atención. Pero no es así, “Retrato de Ross” no es solo el montón de caramelos que se ve en la imagen, es de esas obras que necesitan un poco más de información para ser entendidas, el esfuerzo merece la pena.
Materialmente, la obra son 79 kilos de caramelos, situados en un rincón de la exposición, sin iluminación y al que nos invitan a servirnos. Una vez tienes el dulce sabor del caramelo en la boca, empieza la otra parte de la obra, la explicación de la misma. Porque 79 kilos fue el peso ideal que le recomendó el médico a Ross, la pareja del artista, en el momento en que se enteró de que padecía SIDA, allá por los años 80, cuando estas cuatro letras eran una sentencia segura de muerte.
Al igual que el montón de caramelos, Ross se fue consumiendo en pequeños momentos dulces de los que González Torres formó parte hasta el final de sus días. Y eso precisamente es lo que viene a recordarnos esta obra, lo efímero de la vida, la desaparición en pequeños fragmentos que, aunque trágica, puede ser tan dulce como un caramelo.
Soy consciente de que es una obra sencilla, con una idea de fondo que se repite hasta la saciedad en muchísimas representaciones artísticas. Pero, de alguna manera, la forma en la que el artista decide expresarla, me ha marcado desde el primer día que estudié la obra. Os aseguro que no he vuelto a ver un caramelo con la misma perspectiva de antes.
Porque el arte es tan solo un lenguaje más, inventado por el ser humano, igual que la escritura o la música. Pero hay veces que las palabras se quedan cortas o la música es demasiado abstracta para expresar, para transmitir un sentimiento, una idea que, aunque no lleguemos a comprender del todo, sí podemos sentir intensamente tan solo con un caramelo en la boca.
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